domingo, 15 de abril de 2012

Djebel Toubkal (Parte III)


Caminando por el Alto Atlas. El Toubkal
 El Trekking: Imlil - Tizi Oussem (Parte III)


Rabat: Nos despierta el suave canto del muecín (4:45 h) en su primera llamada del día para la oración. Me sorprende su armonioso canto, que me transmite sosiego y paz. ¡ Qué insólito!
La pasada noche nos acostamos temprano (21:00 h) ya que la jornada fue agotadora; unas 20 h entre viaje, traslados, cambios y novedades que nos dejaron noqueados.
Entre las sábanas esperamos a que suene el despertador, repasando en silencio los paisajes, las sensaciones, los olores, las vivencias de un país tan cercano pero tan distinto.
Desayunamos tan copiosamente como nos lo permite la emoción. Nos espera otro agotador viaje de casi 6 horas en autobús desde Rabat pasando por Marrakech hasta Imlil. De nuevo en camino, otra vez el caótico tráfico


 que parece sacado de una película de los años cuarenta; colas, pitidos, cruces por la vía, adelantamientos inverosímiles, carros con mulo, ciclomotores, infinidad de coches, furgonetas, autobuses. Todo mezclado en un aparente caos ordenado. Increíble que no ocurra ningún contratiempo.


Después de dejar Marrakech tomamos dirección S-SE y empezamos a adentrarnos en las montañas del Atlas. El cielo se cubre por completo, la carretera se convierte en lo inmediatamente superior a una pista, sin arcenes, con gente y animales que se apelotonan en las cunetas. El chofer marroquí parece moverse como pez en el agua en este caótico


devenir. Ascendemos con rapidez entre el enrevesado camino ahora ya con importantes precipicios por el lateral izquierdo. Bordeamos un río que baja salvaje. Entre la llovizna, los desprendimientos y la velocidad nos tememos lo peor ...


Justo a las 14:00 llegamos a Imlil. Se trata de una pequeña aldea de casas bajas, muchas de adobe, otras de ladrillo o bloques de cemento con las fachadas sin acabar. En una calle, que aparenta ser la principal, para el microbús. Nos apeamos con rapidez mientras un grupo de bereberes descargan nuestras cosas en un suspiro.


Nuestra guía contacta con el guía local que a su vez moviliza el grupo contratado. Cuatro mulos que nos llevarán la parte más pesada de nuestro equipaje, custodiados por tres muleros. Tres cocineros que hacen las veces de porteadores y el guía principal (Mohamed) que es quien lleva la voz cantante.


Con diligencia cargan los mulos mientras separamos para nuestras mochilas del día las cosas que creemos serán imprescindibles en el trayecto. Nos preparan en un local de una casucha que parece una taberna, algo para comer a base de ensalada y una especie de tortilla al horno rellena de verduras y por supuesto té, mucho té que se convertirá en nuestra bebida principal.


Sobre las 15:00 h comenzamos a caminar. Nada más salimos y, antes de abandonar la aldea, una de nuestras compañeras sufre una caída por un inesperado tropiezo. Atendida la


herida y recuperados todos del susto empezamos a caminar. Una ligera llovizna nos acompaña mientras abandonamos la población. El aumento de la intensidad de la lluvia hace que paremos para refugiarnos bajo nuestros chubasqueros y capas. Ya con todo lo


adecuado para no mojarnos seguimos avanzando. Tomamos un sendero bastante marcado en dirección SW que asciende zigzagueando la ladera hasta alcanzar un primer collado a


unos 2.000 m. Desde aquí ya todo es naturaleza y aire puro. Un gigantesco barranco nos muestra toda su amplitud a nuestros pies, mientras que la niebla y la llovizna nos impide ver la grandiosidad de las colinas que nos circundan. Después de un corto llano y una ligera


bajada, volvemos a ascender, cruzamos el lecho de un riachuelo al tiempo que nos cruzamos con un grupo de gente que baja hasta Imlil. Son españoles y de Granada y conocen algunos de los componentes de nuestro grupo. Se saludan en admiraciones y sorpresas y nos deseamos parabienes para todos. Otra empinada cuesta y ya estamos en el


collado de Tizi n’Mzik (2.489 m). Esperamos para reagrupar a la gente mientras tomamos


fotos aunque la niebla cubre todo el horizonte por los 360º, así que los amplios  paisajes brillan por su ausencia. Mientras esperamos, la llovizna se convierte en ligera nevada y las


copas de las viejas sabinas empiezan a cubrirse de blanco. En el collado hay una especie de aprisco de piedra reconvertido en cabaña donde los beréberes ofrecen bebidas y té


caliente. Una ligera brisa hace que nos arrebujemos con más ropa. Reunido y descansado el grupo proseguimos el camino antes de empezar a coger frío. El sendero desciende suavemente entre un abierto bosque de centenarias sabinas. La niebla sigue cubriendo el


horizonte mientras la algodonosa nieve se posa suavemente en nuestros rostros. Con la misma rapidez que bajamos termina de nevar e incluso de llover. En un recodo del camino y hacia el W aparece colgada en la ladera del valle la diminuta aldea de Tizi Oussem, nuestro


destino de hoy. Al acercarnos, la aldea nos parece aún más pobre. Casas de adobe dispuestas en escalera con techos planos también de adobe. Todo rememora a las


Alpujarras granadinas; los pequeños bancales escalonados ganados a la pendiente, las chispeantes acequias que trasladan el agua por doquier. La aldea es mísera y bajo esta oscura tarde aún lo parece más. Unos sonrientes niños nos saludan cuando alcanzamos la Gite d’etape, nuestra parada de hoy.


Es una especie de albergue en tres plantas donde podremos dormir con comodidad y descansar para afrontar con garantías la siguiente escala. Después de instalarnos en varias habitaciones y enseñarnos el aseo, o algo parecido a eso, con un water que es un agujero


en el suelo, aunque hay puerta para hacerlo íntimamente y una especie de lavabo comunal algo así como lo inmediatamente superior a un abrevadero. Todo suficiente para las


necesidades reales. No sé a quién ha sobornado Enric, pero logra hacerse con la llave de un minúsculo candado que abre la puerta a… ¡¡un dormitorio de matrimonio!!
Tras acomodarnos en nuestras habitaciones y asearnos un poco subimos a otra habitación alargada, cubierta con tapices y almohadones y con una alargada mesa central donde nos


sirven té calentito y la cena. Pasamos el rato en animada conversación tratando de conocernos y compartiendo esas vivencias aun tan vivas. Al parecer el tiempo pinta mal para los siguientes días. Proponemos ir al descanso y mañana ver cómo amanece para decidir qué hacer. Nos informan que en las cotas más altas las nevadas están siendo continuas. Pero primero descansar y mañana más ...


Por cierto aún no presenté a los componentes del grupo:
Lina (Sevilla, la guía española), Marisa (Madrid), Ana (Granada), Charo (Granada), Mar (Almería), Arielle (Granada) y Teresa (Madrid) forman el cuerpo femenino. Iñaki (Guipuzcoa), Xose Manel (Vigo), Javier (Zaragoza), José Manuel (Madrid), Paco (Granada), Emilio (Alicante) y Enric (Alicante), somos el cuerpo masculino. Pueden estar contentos los dirigentes españoles, hemos reunido un grupo con paridad de sexos, sin discriminación, jejeje.



... Continuará ...                                          Ver Siguiente: (Parte IV)


Texto & Fotografías: Arielle & Enric.

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